3 vías para el acceso abierto

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Como sabéis, cuando hablamos de Acceso abierto u Open Access, queremos decir que el acceso a la literatura científica se hace de forma libre, inmediata y sin restricciones.

En acceso abierto podemos encontrar documentos de todo tipo: artículos científicos, tesis doctorales, comunicaciones a congresos, materiales para el aprendizaje, imágenes, vídeos, etc.

El acceso abierto puede convivir con los derechos de autor y con los procesos de revisión. Que un texto esté disponible en la red de manera gratuita no significa que no haya sido validado mediante procesos de revisión por pares, que no tenga factor de impacto o que no se tengan que respetar las condiciones con las que se ofrece. Lo que cambia respecto al método de difusión tradicional es que se ha sustituido el sistema de suscripción por otros modelos de publicación que permiten que el acceso sea abierto.

Eso sí, abierto no sólo quiere decir gratuito. En otras palabras, el acceso abierto Implica depositar la información en un archivo abierto, permitiendo su lectura, descarga, copia, distribución, impresión, búsqueda o enlace a los textos completos, sin barreras económicas, legales o técnicas de ningún tipo.

Para conseguir este acceso libre y gratuito en la red, además de que la información esté en internet, se tiene que localizar fácilmente.

Para ello, existen diversas vías para llegar al acceso abierto. Tradicionalmente, se consideraban dos rutas complementarias:

Por una parte, el depósito de documentos en repositorios, la vía “verde”, donde el autor debía tener en cuenta las condiciones legales en que el documento fue publicado (creemos que nuestra entrada sobre pre-prints y post-prints os puede ayudar). Un inconveniente de este modelo es que gran parte de la documentación depositada son pre-prints o documentos aún no avalados por una revisión por pares.

La otra vía habitual es la publicación (y depósito) en revistas que permiten el Open Access, o “vía dorada”. En este modelo, a menudo y en según qué entornos, los autores o instituciones deben pagar los cargos de procesamiento de artículos para poder publicar.

Ahora empieza a hablarse de una tercera vía, la vía “diamante”. Esta tercera ruta intenta paliar los problemas de las dos anteriores imitando la vía dorada, pero donde el autor o la institución no debe pagar ningún cargo, pues la revisión y edición de los documentos la realizan voluntarios sin compensación económica. Algunos profesionales consideran que la vía diamante entra dentro de la dorada. Sea como fuere la clasificación (como 3ª vía o como una vía incluida dentro de otra) se cubren los aspectos débiles de los modelos anteriores: el coste, si se da, (de la ruta dorada) y la “no revisión” de la ruta verde.

Es decir, los artículos publicados en revistas que se acogen a la vía diamante, “se parecen” a los publicados a las revistas de la ruta dorada, pues ambos tienen procesos de edición y revisión por pares.

Marcos Catalán
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Marcos Catalán

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